Cuando realizás actividad física es muy importante darle a tu cuerpo una alimentación adecuada.
Antes de entrenar, es recomendable comer sano y liviano. Es muy relativo el tipo de entrenamiento que vas a realizar y el horario en que lo hagas. Por eso lo más recomendable es que consultes con un especialista para que te oriente de acuerdo a tus necesidades y estilo de vida. Por ejemplo, si vas al gimnasio después del trabajo, media hora antes de entrenar podrías merendar un puñado de frutos secos, un trozo de pan con aceite de oliva, una banana mediana, un yogur o una barra de cereales. Otro ejemplo, si el ejercicio que vas a desarrollar es aeróbico, podrías consumir hidratos de carbono, al menos una hora antes, y que sea liviano como una fruta sin cáscara. Si el ejercicio que vas a realizar es más intenso, podrías comer pasta con verduras salteadas, siempre con la suficiente anticipación para darle al cuerpo el tiempo que requiere para la digestión.
En general, los hidratos de carbono son fundamentales para darle energía a los músculos. Contribuyen a mantener el nivel de resistencia y a mejorar la absorción de agua.
Por otra parte, y de igual importancia: la hidratación! No solo antes de entrenar, sino antes y después del ejercicio físico, durante todo el día como un buen hábito.
La ingesta de proteínas, por norma general, se recomienda después del entrenamiento, para ayudar a conservar la masa muscular. Como ves, la alimentación no es una cuestión que se deba pasar por alto si queremos conseguir una buena armonía con el ejercicio físico.